La estación esta más llena que nunca, la puerta del metro se
abre muy cerca de mi y entro a empujones. En la siguiente estación entra mucha
más gente y quedo parado al comienzo del pasillo, justo detrás de ti... ambos
flotando en gente no podemos afirmarnos de ningún lugar… poco a poco nuestros
cuerpos se rozan, el movimiento del carro y lo lleno del lugar hacen inevitable
que sea de otra forma, y el calor crece a cada instante. Llegamos a la próxima
estación, se llena más y quedamos pegados, sin buscarlo nuestros cuerpos no se
pueden separar. El tren se mueve y comenzamos a rozar intensamente, al instante
mi miembro crece como si quisiera hacer explotar el pantalón... y tú lo
sientes, cada parte de él se revela ante ti... su dureza acaricia todo tu culo
y cuando estoy en su centro me muevo hacia adelante como si te penetrara, nadie
se entera, esta demasiado lleno para que alguien lo note, y es justamente eso es
lo que hace que te relajes y en lugar de moverte te quedas ahí siendo cómplice
lujuriosa del juego.
Pasa una y otra estación, y nuestro tren solo abre y cierra
la puerta, ya no entra nadie más y nuestro juego continúa, pero ahora tu
también te mueves, con movimientos circulares ofrendas tu culo a mi, y siento
su suavidad, frescura y dureza. De pronto y en completo anonimato mueves tu
mano hacia atrás como para arreglar tu ropa... y con un movimiento rápido bajas
mi cierre metiendo tu mano y comienzas a masturbarme... el nuevo juego me
encanta y lo disfruto... y paso una de mis manos hacia adelante como si me
afirmará, y lo hago pero para rozar tus tetas sin cesar, nuestras respiraciones
se agitan y el calor aumenta al máximo. A cada movimiento estamos más cerca y
suavemente beso tu cuello... algunos descubren esos besos, pero nuestra
calentura es más mayor y ya no nos importa. En dos estaciones más sacas tu mano
y me haces un gesto para que te siga, subo mi cierre y lo hago, ambos salimos
del tren... te sigo, vas rápido, esta muy lleno y no se que estamos haciendo, y
me encanta, es todo lo que quiero hacer, no me importa otra cosa que
seguirte... subes y bajas escaleras, todo lleno y en segundos te me escapas. En
otro pasillo rebosante a la distancia noto que se abre una puerta y una mujer
del aseo sale de ahí... al volver la vista te pierdo, camino lento mirando para
todos lados y de pronto, cuando estoy frente a esa puerta se vuelve a abrir y
esta vez es tu mano que me toma y me lleva dentro...
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