jueves, diciembre 12, 2013

mi amiga y su nueva amiga


Suena el celular, es una de mis mejores amigas, está muy misteriosa y me pide que nos reunamos pasado el medio día en un pintoresco café al que hemos ido en otras ocasiones, a pesar de que insisto en preguntarle no quiere adelantarme nada. Al llegar ella ya está sentada y por el movimiento de sus manos puedo notar el nerviosismo, me preocupo, al verme se levanta saludándome y nos sentamos rápidamente, le pregunto que ocurre que me tiene asustado, y me dice que nada grave, sólo algo que ha decidido hacer luego de muchos años de olvido y un último sueño premonitorio, y que yo soy el único en quien confía lo suficiente como para ayudarla, me rio y le pido que me cuente de una vez. Luego de muchas vueltas, pasando por momentos de su infancia y adolescencia, me cuenta que su mayor fantasía sexual no cumplida es estar con otra mujer y que ha llegado el momento de hacerlo, pero que no sabe cómo concretarlo ni con quién, y que ahí entro yo, quien debe ayudarla a solucionar el enigma, y antes de que diga una sola palabra se apresura en aclararme que ella no quiere por nada hacerle sexo oral a una mujer, sólo busca muchos besos y chupar y acariciar sus senos. La miro fijamente con una sonrisa tranquilizadora, le tomo sus manos diciéndole “no te preocupes por nada, feliz te ayudaré”, veo sus ojos llorosos, se lanza en mis brazos y me da un sentido beso en la mejilla.

Luego de un par de días pensándolo he llegado a la convicción de que lo mejor será acudir a una profesional, que sepa lo que hace, tenga paciencia, altura de miras en las peticiones y que nada le parezca incómodo o sorprendente, y conociendo a mi amiga además deberá ser hermosa, idealmente joven y con clase. La llamo para comentarle mi idea, ella comienza negándose rotundamente, que cómo se me ocurre, y poco a poco comienzo a explicarle, a que vea lo favorable, discreta y excitante de la aventura, su fantasía transmutada en realidad inolvidable. Ella acepta entusiasta y ansiosa, al mismo tiempo que me exige que antes debe conocerla, a lo cual le digo que por supuesto y que nos juntemos mañana mismo. La reunión queda fijada en un café del barrio de negocios cerca de su oficina, cuando estoy muy cerca me doy cuenta que me espera en la esquina, llegamos pasado las 17 hrs. y nuestra posible nueva amiga ya llego, la reconocemos por la blusa rosa semi transparente que nos mencionó por mail para identificarla, está en una de las mesas de afuera, con las piernas cruzadas, falda tubo negra sobre la rodilla, y zapatos taco aguja negros suela roja. Me adelanto un paso y la saludo diciendo “Débora verdad?”, cortésmente le presento a mi amiga y comenzamos a hablar de trivialidades para romper el hielo y entrar en materia, mi amiga inesperadamente toma el control de la conversación y comienza a preguntarle sobre su vida, pasatiempos, y desde cuando trabaja en esto, la chica se ríe y muy relajada contesta a la avalancha de curiosidad, sin antes mencionar lo nuevo que le parece tener que conocernos hoy, también me pregunta si yo estaré presente y si participaré de la acción, a lo cual mi amiga le responde que estaré pero sólo de espectador. Me doy cuenta que está contenta y excitada, lo noto por como cruza sus piernas, acaricia su pelo, descubre entusiasmada temas en común, y se ordena la blusa rozando sus senos. La reunión ha sido un éxito y quedamos para mañana a la media noche.

Llegamos a la habitación de un hotel boutique céntrico, lejos del departamento de mi amiga y a algunas calles del mío, no se bien por qué pero ella quiso estar lejos de su vida pública para esta fantasía. Debo decir que está bellísima, realmente infartante, lista y a la altura de una imborrable cita. Me pide un whisky con hielo, abro el minibar y preparo dos para calmar la ansiedad y los nervios, con mi vaso camino hacia la cómoda y pongo algo de música sensual, le hablo de otro tema para que se relaje, reímos, le digo lo hermosa que se ve, acaricio su cabello, y tocan a la puerta… abro, finalmente es ella, con maquillaje suave ideal para su mirada penetrante, camiseta totalmente de encaje negro ceñida al cuerpo, brasier del mismo color, falda bandage gris muy ajustada, y zapatos taco aguja y plataforma negros, me saluda chispeante con un beso entre labios y mejilla, y luego camina como por una pasarela para saludar a mi amiga, sin duda es la mujer perfecta para que cumpla sus deseos. Deja su bolso satchel sobre una silla, lo abre y saca varios juguetes para chicas dejándolos sobre la cómoda diciéndole “por si te animas”, yo me siento en silencio en mi rol de espía desde una esquina, ella sirve tres whiskys, le lleva uno a la clienta, otro para mi y el último lo bebe mientras conversa, se sienta en la cama junto a mi amiga mientras comienza a acariciar suavemente una de sus piernas, luego su pelo, y baja con sensuales besos por el cuello, desabrocha uno a uno los botones de la blusa metiendo la mano en sus senos, los aprieta fuerte y delicado, le termina de sacar la blusa soltando el brasier para chupar sus pezones, lo hace y mi amiga inmóvil gime recostándose paulatinamente, aún no se atreve a participar, sólo deja que Debby actúe haciendo lo que quiera con ella. Baja por su vientre hasta llegar a las puertas de su sexo mientras manosea sus senos, vuelve a subir y comienza a besarla larga y suavemente, al mismo tiempo que baja el cierre de su propia falda, se detiene para quitar su camiseta y brasier volviendo rápido a los besos, con sus hábiles manos quita la falda de mi amiga quedando ambas solo con sus colaless, besos, abrazos, giros, juguetean por quién queda arriba y abajo, y los besos crecen en intensidad con las lenguas penetrando sus bocas, con gran delicadeza nuestra nueva perversa comienza a rozar el sexo de mi amiga, ella se niega pero atacada con pasión se deja dominar permitiendo que los dedos comiencen a entrar uno en uno mientras es besada, sus gemidos se vuelven muy fuertes, está en éxtasis, goza sin pudor alguno, descubre nuevas formas de su lujuria. Los dedos ya no son suficientes, su clítoris exige una lengua hasta ahora desconocida de mujer diestra, y con exquisita sutileza se cumple el mandato, mi amiga la toma del pelo oprimiéndola hacia ella, grita de placer, es puro descontrol, y de súbito me llama pidiendo mi miembro en su boca a lo que acudo con prontitud y una erección de proporciones digna de la ocasión, con un movimiento rápido nuestra profesional va a la cómoda y trae un consolador doble, como una seda mete un extremo en mi amiga y el otro en ella, y se deleitan mutuamente con la explosiva energía de dos diosas libertinas, con tan bellas imágenes hago erupción dentro de su boca, y ella complacida lo bebe apartándome y acabando junto a su ocasional amiga. Vuelven a cubrirse de besos y abrazos, siento que llego el momento de salir a tomar aire, sin que se den cuenta las dejo en el regocijo de sus pieles desnudas y plenas…

domingo, diciembre 08, 2013

naturalmente juntos


Lejos de bocinas, tacos, y toneladas verticales de hormigón, acabamos de arribar al campo, la esperada belleza natural, indómita y liberadora. Brisas que atraviesan por cada uno de mis poros, respiración profunda que limpia el envilecimiento de la sociedad, mirada que no termina de viajar a través del inagotable horizonte, por fin paz. Nuestro refugio, recordando tiempos de aventura, es una carpa iglú ideal para mis dos amigas y yo, un oasis de armonía, encanto y feromonas. Algunos metros hacia el este corre un pequeño riachuelo, y junto a nuestra carpa por un lado una simpática familia y por el otro una pareja que hemos distinguido bañándose a lo lejos. El lugar es vasto y todos nos deleitamos en una porción de este paraíso.

El atardecer nos cubre con su manto naranja reuniendo a todos los visitantes junto al fuego, espontáneamente se nos unen padre, madre y sus dos pequeños, conversamos y reímos junto a ellos, son del norte muy extrovertidos, divertidos y empáticos, mil anécdotas que repasar sobre todo mientras vemos avanzar los minutos navegando en algunas copas de vino. Vuelve la pareja de un paseo sumándose con más risas, historias y bebidas, cae la noche, los niños se van a dormir y luego de momentos de arrullo vuelve la madre deseosa de más relajo. Hojas de eucaliptos que chocan arropándonos con su perfume, zarzamoras impregnándonos de dulzura, agua pura que baja por misteriosas rutas desde la cordillera, naturaleza plena que nos regala una nueva vida, es de noche y estamos felices. Inmersos en alegría alguien propone ir al agua, y entre gritos y risas todos aprobamos la idea, salvo el matrimonio que por razones obvias se excusa despidiéndose entre abrazos y besos. Cada cual toma sus vasos y copas, y nos vamos al riachuelo.

Cuanta energía, la naturaleza nos carga y nosotros somos transmisores entusiastas de su sabiduría. Aunque el agua no alcanza a cubrir nuestras piernas, nos lanzamos entre juegos, piruetas, y estimulantes roces. Una de mis amigas se sumerge saliendo de súbito del agua, cae en mis brazos y me da un gran beso, momento en que la otra llega por mi espalda reuniéndose en el abrazo y el beso, nos reímos muchísimo, explosiones de agua, fiesta, naturaleza, y la pareja que nos acompaña no se queda atrás, giran, brincan, cantan, con pequeños zambullidos se unen a nosotros, entre todos nos lanzamos agua disfrutando chispeantes momentos, a ratos nos detenemos y conversamos para que alguno comience el juego de nuevo, repentinamente entre el festejo por primera vez me fijo en ti, si tú… bella, efervescente, luminosa como mi estrella en el cielo negro, cuando puedes tú también me miras, no como se mira esta conmovedora naturaleza, si no como el reencuentro de almas que se pertenecen… sólo un pequeño detalle, estás con tu novio. Luego de emancipados y largos minutos mis amigas salen del agua, seguidas por tu pareja que te llama, toma tu mano y te lleva lejos del agua, mis amigas me llaman y nos vamos todos riendo hacia las carpas. Al llegar nos quedamos un tiempo junto al fuego, una de mis amigas se va a dormir, la otra me da un beso susurrándome que las siga, y lo hago… tú y tu pareja se quedan.

No puedo dormir, salgo de la iglú sentándome a pensar contemplando las brazas, a los pocos minutos tú también sales, te sientas junto a mi, nos miramos, cruzamos un par de palabras para inevitablemente comenzar a besarnos, los sentimientos van y vienen como las nubes, quedándose con nosotros los más excitantes y placenteros. Te tomo de la mano y nos internamos en el campo, altos y extensos pastizales, giramos con abrazos y besos, corremos, reímos, atravesamos un pequeño bosque hasta alcanzar una pradera con aromáticas flores silvestres acostándonos en su nido. Acabo de nacer a la intensidad de los sentimientos… abro los ojos, me haz traído a una nueva vida, suavemente te penetro con movimientos cada vez más profundos y veloces, exploro toda tu piel descubriendo extasiado tus núcleos de placer, festejo con tus pezones, muerdo y lamo tu cuello, oídos, hombros, pechos, te aferro a mi queriendo ser uno, los movimientos son lujuriosamente violentos haciendo flotar pétalos sobre nosotros… mi lengua rasposa baja hasta tu sexo, y con delicadeza se mueve esclava de sus latidos, humedad y abultamiento, me meto entre tus labios bañando mi rostro desenfrenado, lo recorro completo llegando hasta tu ano, para volver a subir quedándome hechizado en tu pequeño y duro órgano carnoso… me tiras del pelo subiéndome hasta volver a besarme, los pájaros comienzan a cantarnos, el amanecer nos ilumina, me paro para distinguir a donde estamos, gracias a mi gesto te sientas lamiendo mi falo, cierros los ojos y disfruto la tibieza del tierno sol y el confortable fuego de tus labios, tomo una de tus manos poniéndote de pie, alzo una de tus piernas hasta mi hombro para volver a estar duro dentro de ti, con nuestro movimiento decenas de pájaros vuelan, mientras entro y salgo de tu interior aprieto tu culo deslizando mis dedos hasta lo más hondo que puedo de tus entrañas, me inclino levemente para besar como súbdito tus pezones, tus senos, tu vientre, tus brazos, tus dedos, qué es este éxtasis que nos ama, que sale de ninguna parte, de todas partes, una avalancha de perversión y ternura… mi dulce amor, por fin.

viernes, diciembre 06, 2013

parque de diversiones


Sube muy lentamente, y a pesar de las barras de seguridad el sudor despierta, estamos muy cerca de la cima, la alcanzamos y la velocidad y vértigo se apoderan de todos sujetándonos hasta con las uñas, se escuchan los rugidos de todos, yo también me descargo y por algunos segundos boto todas las tensiones, grito y abro los brazos, respiro hondo, la diversión me envuelve. Un giro, otro, ahora de cabeza, más rápido, vueltas y más vueltas, remolinos, una verdadera cuncuna antigravedad, hacia arriba y otra vez bajando a toda velocidad, veintiocho formas de vivir, ver y sentir esta agitación, y claro que esta adrenalina la vivo mucho mejor gracias a la bella compañía que tengo en el asiento de al lado, por momentos cierro los ojos sintiendo el viento en mi cara y al abrirlos espío los sensuales movimientos llenos de emoción de mi compañera accidental. Baja la velocidad, la última curva y termina suavemente el viaje. Fue una gran idea venir a sorprenderme como un niño a este parque de entretención. Y ahora la próxima atracción.

Camino entre la multitud buscando algo que me llame, llego a un castillo con palmeras, se trata de un paseo por territorios piratas, me gusta la idea, me sumo a la fila, delante de mi hay tres amigas y una de ellas va con sus dos hijos. Descubro que el viaje es en bote, genial dar vueltas por un riachuelo, y en cada uno suben máximo tres personas. Ahora me toca, en el primero sube la madre y sus hijos, y en el siguiente sus dos amigas y yo, el bote es pequeño y nos debemos sentar en fila, gentilmente las ayudo a subir y me lanzo al abordaje. Se inicia el recorrido, estamos en completa oscuridad y pasamos por un primer portal con una gran calavera de ojos rojos, los niños lanzan instantáneos gritos al unísono, las guapas que van conmigo se animan y también lo hacen, me divierten, es tierno, me río. Nos reciben esqueletos de piratas junto a sus cofres con monedas de oro, hablan diciéndonos “el tesoro es mío”, seguimos avanzando y siempre sorpresivamente saltan nuevos piratas de terror, uno de ellos cae con cadenas desde arriba y con la impresión tú te vas hacia atrás protegiéndote en mi pecho y estrechando fuerte mi mano, luego del susto no te apartas, sigues pegada a mi, tu amiga que va en la punta del bote no se da cuenta, y gracias a eso nosotros notamos que nuestros movimientos son inadvertidos, la oscuridad nos da completa libertad. El viaje no para, a lo lejos cada tanto se escuchan nuevos gritos, tú giras, te doy un apretón y de súbito un primer suave beso, tú me miras sorprendida en la oscuridad, te doy otro, y lo acoges extendiéndolo por unos minutos, seguido de otro aún más intenso, por debajo de tu ajustada camiseta sube mi mano hasta envolver el monte del brasier, apretándolo fuerte para luego entrar por debajo llegando a tu pezón. Nuestros besos se vuelven largos y profundos, animados por vivaces cantos de corsarios, tu amiga impactada nos descubre entre las sombras, con una mirada te aviso, tú lanzándole otra le pides que guarde silencio, ella gira rápido y no nos vuelve a mirar, al mismo tiempo que con tu hábil mano bajas mi cierre comenzando a masturbarme, y yo invitado por tu gesto hago lo mismo penetrando con mis dedos en ti. A lo lejos vemos un gran barco con maniquís de piratas dentro, te susurro “cuando pasemos junto a él lancémonos”, y tú me respondes con un beso y una lasciva sonrisa, justo en la curva nos ponemos de pie y saltamos, tu amiga asustada nos mira y tú le dices “no digas nada, afuera nos encontramos”. Avanzamos rápido hasta llegar detrás del barco, momento en que nuestros cuerpos se vuelven fuego, no hay tiempo para palabras, pensamientos, ni preocupaciones, nos convertimos en un solo ser, tú en mi y yo en ti. Te inclinas clavando mi verga en tu boca, la recorres una y otra vez, cada detalle en todo su largo es favorecido por tu explosión de perversión insaciable, al juguetear con la cabeza sacas de tu cartera un condón y me lo pones con agilidad, yo te alzo del pelo, meto mis brazos entre tus piernas, levantándote y penetrando en ti tan fuerte como nuestra lujuria nos dicta. Gozamos a niveles indecibles, no nos detenemos por nada, te hago flotar en el placer mientras tus ondulaciones exprimen mi falo con la fuerza voluptuosa de tu alma libre…

Entre la adrenalina de lo prohibido y tanto placer, logramos escuchar voces desde walkie talkies y carreras de personas que vienen hacia nosotros. Las cámaras de seguridad nos han descubierto, nos lanzamos a correr por la orilla del riachuelo esperando un bote semi vacío… pasa uno y lo abordamos sin pensar, solo lo tripula una pareja que nos mira asustada y asombrada… y nos besamos mientras el bote se aproxima a la luz…

domingo, diciembre 01, 2013

agua dulce


Luego de brindar por enésima vez celebrando el aniversario de bodas de mi mejor amiga, escapo del complejo de cabañas hacia la playa, necesito un respiro, contemplar las tranquilas aguas de este lago que guarda inolvidables recuerdos de mi juventud, que las virtudes de la noche traen a la luz. Me saco los zapatos y avanzo por la suave arena que abraza mis pies hasta tocar el agua dulce que los envuelve, quedándome inmóvil absorbiendo el aroma de momentos felices. Miro hacia los lados y descubro un bote inflable de uno de los hijos de las parejas invitadas, camino hacia él junto a mi vaso de bourbon, lo meto al agua y me subo remando hacia la luna. Luego de algunos minutos en este impulso, me detengo a disfrutar y no pensar absorto en todo cuanto me rodea, relajo una de mis mano en el agua mientras me deleito con mi bebida y la calma se apodera de todo… Estalla el agua tambaleando el pequeño bote y surges tú, brillando con destellos de luna, desnuda, plena. Te sostienes en uno de sus bordes preguntándome qué hago aquí, yo te cuento que huyo de un aniversario, y tú que te tomaste un respiro de la fiesta con tus amigas en las cabañas de al lado, comparto mi trago contigo, me lo agradeces y bebes, lo llevas hacia un lado para continuar la conversación, se te resbala y yo para salvarlo caigo al agua… nos reímos junto al bote, y gracias a los suaves movimientos de las olas terminamos abrazándonos, puedo sentir el calor de tus pechos, te acerco fuerte a mi besándonos dulce e intensamente, con ambas manos te rodeo tomando las cuerdas del bote y presionándote hacia él, tú con los brazos inmóviles hacia abajo hábilmente desabrochas mi pantalón y comienzas a masturbarme, yo voy y vengo extasiado entre tus labios, cuello y senos, muerdo tus pezones y vuelvo recorriéndote a tus labios, me abrazas con tus piernas saltando enérgicamente el agua, movimiento que de forma natural lleva mi miembro duro a gozar de lo más profundo de los placeres que guardas entre tus piernas… flotamos en nuestra lujuria, y es justamente ella la que se unifica con el agua permitiéndonos desplazamientos armónicos e inimaginables de otra manera… nos soltamos del bote flotando en sensualidad, giramos, variamos nuestras posiciones, con mi falo en tu boca me haces acabar, con tu sexo en mis labios gimes hasta compartir con el lago los fluidos de tus insaciables orgasmos… te penetro por detrás, mordiendo tus hombros y cuello, esta muy estrecho, gritas fuerte pero te gusta gracias a que el agua nuevamente es nuestra aliada en la voluptuosidad, al mismo tiempo te masturbo, primero con un par de dedos para luego sumar dedo a dedo hasta completar la mano, giras tu rostro hacia atrás para besarme y tu lengua revela ondulante y sigilosa tus más íntimos deleites a la mía…
Desde la playa gritan tu nombre… me sueltas dándome un último beso y nadas a la orilla. Doy algunas braceadas hasta alcanzar el bote y mi ropa que flota, la subo y arrastrándolo desde la cuerda nado hasta la orilla, me visto y camino mojado hacia las cabañas.

Hace algunas horas que termino la fiesta, están todos en sus cabañas, el silencio deja escuchar grillos y uno que otro sapo… yo no puedo dormir por el calor y las mágicas imágenes que me vienen de ti, me pongo un traje de baño, sandalias y camino a la playa. Una vez en la orilla y mientras la tibia agua me acaricia los pies, giro descubriendo a lo lejos que en tus cabañas una tiene luz, comienzo a acercarme no se porque, tal vez por la inevitable necesidad de encontrarte, salto el pequeño cerco, camino dándome cuenta que la luz viene de la cocina y la ventana está abierta, cuando llego frente a ella se acelera mi corazón y respiración al ver que eres tú bebiendo un vaso de agua, con el impulso de la pasión salto hacia adentro, tú lanzas un pequeño grito de susto que rápido se transforma en un abrazo y besos, yo te aferro fuerte a mi viajando desde tus labios a tu cuello...
De golpe y por el ruido, aparece en calzones una de tus amigas…