domingo, diciembre 08, 2013

naturalmente juntos


Lejos de bocinas, tacos, y toneladas verticales de hormigón, acabamos de arribar al campo, la esperada belleza natural, indómita y liberadora. Brisas que atraviesan por cada uno de mis poros, respiración profunda que limpia el envilecimiento de la sociedad, mirada que no termina de viajar a través del inagotable horizonte, por fin paz. Nuestro refugio, recordando tiempos de aventura, es una carpa iglú ideal para mis dos amigas y yo, un oasis de armonía, encanto y feromonas. Algunos metros hacia el este corre un pequeño riachuelo, y junto a nuestra carpa por un lado una simpática familia y por el otro una pareja que hemos distinguido bañándose a lo lejos. El lugar es vasto y todos nos deleitamos en una porción de este paraíso.

El atardecer nos cubre con su manto naranja reuniendo a todos los visitantes junto al fuego, espontáneamente se nos unen padre, madre y sus dos pequeños, conversamos y reímos junto a ellos, son del norte muy extrovertidos, divertidos y empáticos, mil anécdotas que repasar sobre todo mientras vemos avanzar los minutos navegando en algunas copas de vino. Vuelve la pareja de un paseo sumándose con más risas, historias y bebidas, cae la noche, los niños se van a dormir y luego de momentos de arrullo vuelve la madre deseosa de más relajo. Hojas de eucaliptos que chocan arropándonos con su perfume, zarzamoras impregnándonos de dulzura, agua pura que baja por misteriosas rutas desde la cordillera, naturaleza plena que nos regala una nueva vida, es de noche y estamos felices. Inmersos en alegría alguien propone ir al agua, y entre gritos y risas todos aprobamos la idea, salvo el matrimonio que por razones obvias se excusa despidiéndose entre abrazos y besos. Cada cual toma sus vasos y copas, y nos vamos al riachuelo.

Cuanta energía, la naturaleza nos carga y nosotros somos transmisores entusiastas de su sabiduría. Aunque el agua no alcanza a cubrir nuestras piernas, nos lanzamos entre juegos, piruetas, y estimulantes roces. Una de mis amigas se sumerge saliendo de súbito del agua, cae en mis brazos y me da un gran beso, momento en que la otra llega por mi espalda reuniéndose en el abrazo y el beso, nos reímos muchísimo, explosiones de agua, fiesta, naturaleza, y la pareja que nos acompaña no se queda atrás, giran, brincan, cantan, con pequeños zambullidos se unen a nosotros, entre todos nos lanzamos agua disfrutando chispeantes momentos, a ratos nos detenemos y conversamos para que alguno comience el juego de nuevo, repentinamente entre el festejo por primera vez me fijo en ti, si tú… bella, efervescente, luminosa como mi estrella en el cielo negro, cuando puedes tú también me miras, no como se mira esta conmovedora naturaleza, si no como el reencuentro de almas que se pertenecen… sólo un pequeño detalle, estás con tu novio. Luego de emancipados y largos minutos mis amigas salen del agua, seguidas por tu pareja que te llama, toma tu mano y te lleva lejos del agua, mis amigas me llaman y nos vamos todos riendo hacia las carpas. Al llegar nos quedamos un tiempo junto al fuego, una de mis amigas se va a dormir, la otra me da un beso susurrándome que las siga, y lo hago… tú y tu pareja se quedan.

No puedo dormir, salgo de la iglú sentándome a pensar contemplando las brazas, a los pocos minutos tú también sales, te sientas junto a mi, nos miramos, cruzamos un par de palabras para inevitablemente comenzar a besarnos, los sentimientos van y vienen como las nubes, quedándose con nosotros los más excitantes y placenteros. Te tomo de la mano y nos internamos en el campo, altos y extensos pastizales, giramos con abrazos y besos, corremos, reímos, atravesamos un pequeño bosque hasta alcanzar una pradera con aromáticas flores silvestres acostándonos en su nido. Acabo de nacer a la intensidad de los sentimientos… abro los ojos, me haz traído a una nueva vida, suavemente te penetro con movimientos cada vez más profundos y veloces, exploro toda tu piel descubriendo extasiado tus núcleos de placer, festejo con tus pezones, muerdo y lamo tu cuello, oídos, hombros, pechos, te aferro a mi queriendo ser uno, los movimientos son lujuriosamente violentos haciendo flotar pétalos sobre nosotros… mi lengua rasposa baja hasta tu sexo, y con delicadeza se mueve esclava de sus latidos, humedad y abultamiento, me meto entre tus labios bañando mi rostro desenfrenado, lo recorro completo llegando hasta tu ano, para volver a subir quedándome hechizado en tu pequeño y duro órgano carnoso… me tiras del pelo subiéndome hasta volver a besarme, los pájaros comienzan a cantarnos, el amanecer nos ilumina, me paro para distinguir a donde estamos, gracias a mi gesto te sientas lamiendo mi falo, cierros los ojos y disfruto la tibieza del tierno sol y el confortable fuego de tus labios, tomo una de tus manos poniéndote de pie, alzo una de tus piernas hasta mi hombro para volver a estar duro dentro de ti, con nuestro movimiento decenas de pájaros vuelan, mientras entro y salgo de tu interior aprieto tu culo deslizando mis dedos hasta lo más hondo que puedo de tus entrañas, me inclino levemente para besar como súbdito tus pezones, tus senos, tu vientre, tus brazos, tus dedos, qué es este éxtasis que nos ama, que sale de ninguna parte, de todas partes, una avalancha de perversión y ternura… mi dulce amor, por fin.

1 comentario:

susúrrame tus pensamientos...