Suena el celular, es una de mis
mejores amigas, está muy misteriosa y me pide que nos reunamos pasado el medio
día en un pintoresco café al que hemos ido en otras ocasiones, a pesar de que
insisto en preguntarle no quiere adelantarme nada. Al llegar ella ya está
sentada y por el movimiento de sus manos puedo notar el nerviosismo, me
preocupo, al verme se levanta saludándome y nos sentamos rápidamente, le
pregunto que ocurre que me tiene asustado, y me dice que nada grave, sólo algo
que ha decidido hacer luego de muchos años de olvido y un último sueño
premonitorio, y que yo soy el único en quien confía lo suficiente como para ayudarla,
me rio y le pido que me cuente de una vez. Luego de muchas vueltas, pasando por
momentos de su infancia y adolescencia, me cuenta que su mayor fantasía sexual
no cumplida es estar con otra mujer y que ha llegado el momento de hacerlo,
pero que no sabe cómo concretarlo ni con quién, y que ahí entro yo, quien debe ayudarla
a solucionar el enigma, y antes de que diga una sola palabra se apresura en
aclararme que ella no quiere por nada hacerle sexo oral a una mujer, sólo busca
muchos besos y chupar y acariciar sus senos. La miro fijamente con una sonrisa
tranquilizadora, le tomo sus manos diciéndole “no te preocupes por nada, feliz
te ayudaré”, veo sus ojos llorosos, se lanza en mis brazos y me da un sentido
beso en la mejilla.
Luego de un par de días
pensándolo he llegado a la convicción de que lo mejor será acudir a una
profesional, que sepa lo que hace, tenga paciencia, altura de miras en las
peticiones y que nada le parezca incómodo o sorprendente, y conociendo a mi
amiga además deberá ser hermosa, idealmente joven y con clase. La llamo para
comentarle mi idea, ella comienza negándose rotundamente, que cómo se me ocurre,
y poco a poco comienzo a explicarle, a que vea lo favorable, discreta y
excitante de la aventura, su fantasía transmutada en realidad inolvidable. Ella
acepta entusiasta y ansiosa, al mismo tiempo que me exige que antes debe
conocerla, a lo cual le digo que por supuesto y que nos juntemos mañana mismo.
La reunión queda fijada en un café del barrio de negocios cerca de su oficina, cuando
estoy muy cerca me doy cuenta que me espera en la esquina, llegamos pasado las
17 hrs. y nuestra posible nueva amiga ya llego, la reconocemos por la blusa rosa
semi transparente que nos mencionó por mail para identificarla, está en una de
las mesas de afuera, con las piernas cruzadas, falda tubo negra sobre la
rodilla, y zapatos taco aguja negros suela roja. Me adelanto un paso y la
saludo diciendo “Débora verdad?”, cortésmente le presento a mi amiga y
comenzamos a hablar de trivialidades para romper el hielo y entrar en materia,
mi amiga inesperadamente toma el control de la conversación y comienza a
preguntarle sobre su vida, pasatiempos, y desde cuando trabaja en esto, la chica
se ríe y muy relajada contesta a la avalancha de curiosidad, sin antes
mencionar lo nuevo que le parece tener que conocernos hoy, también me pregunta
si yo estaré presente y si participaré de la acción, a lo cual mi amiga le
responde que estaré pero sólo de espectador. Me doy cuenta que está contenta y
excitada, lo noto por como cruza sus piernas, acaricia su pelo, descubre
entusiasmada temas en común, y se ordena la blusa rozando sus senos. La reunión
ha sido un éxito y quedamos para mañana a la media noche.
Llegamos a la
habitación de un hotel boutique céntrico, lejos del departamento de mi amiga y
a algunas calles del mío, no se bien por qué pero ella quiso estar lejos de su
vida pública para esta fantasía. Debo decir que está bellísima, realmente infartante,
lista y a la altura de una imborrable cita. Me pide un whisky con hielo, abro
el minibar y preparo dos para calmar la ansiedad y los nervios, con mi vaso camino
hacia la cómoda y pongo algo de música sensual, le hablo de otro tema para que
se relaje, reímos, le digo lo hermosa que se ve, acaricio su cabello, y tocan a
la puerta… abro, finalmente es ella, con maquillaje suave ideal para su mirada
penetrante, camiseta totalmente de encaje negro ceñida al cuerpo, brasier del
mismo color, falda bandage gris muy ajustada, y zapatos taco aguja y plataforma
negros, me saluda chispeante con un beso entre labios y mejilla, y luego camina
como por una pasarela para saludar a mi amiga, sin duda es la mujer perfecta
para que cumpla sus deseos. Deja su bolso satchel sobre una silla, lo abre y
saca varios juguetes para chicas dejándolos sobre la cómoda diciéndole “por si
te animas”, yo me siento en silencio en mi rol de espía desde una esquina, ella
sirve tres whiskys, le lleva uno a la clienta, otro para mi y el último lo bebe
mientras conversa, se sienta en la cama junto a mi amiga mientras comienza a
acariciar suavemente una de sus piernas, luego su pelo, y baja con sensuales
besos por el cuello, desabrocha uno a uno los botones de la blusa metiendo la
mano en sus senos, los aprieta fuerte y delicado, le termina de sacar la blusa
soltando el brasier para chupar sus pezones, lo hace y mi amiga inmóvil gime recostándose
paulatinamente, aún no se atreve a participar, sólo deja que Debby actúe
haciendo lo que quiera con ella. Baja por su vientre hasta llegar a las puertas
de su sexo mientras manosea sus senos, vuelve a subir y comienza a besarla
larga y suavemente, al mismo tiempo que baja el cierre de su propia falda, se
detiene para quitar su camiseta y brasier volviendo rápido a los besos, con sus
hábiles manos quita la falda de mi amiga quedando ambas solo con sus colaless, besos,
abrazos, giros, juguetean por quién queda arriba y abajo, y los besos crecen en
intensidad con las lenguas penetrando sus bocas, con gran delicadeza nuestra
nueva perversa comienza a rozar el sexo de mi amiga, ella se niega pero atacada
con pasión se deja dominar permitiendo que los dedos comiencen a entrar uno en
uno mientras es besada, sus gemidos se vuelven muy fuertes, está en éxtasis,
goza sin pudor alguno, descubre nuevas formas de su lujuria. Los dedos ya no
son suficientes, su clítoris exige una lengua hasta ahora desconocida de mujer
diestra, y con exquisita sutileza se cumple el mandato, mi amiga la toma del
pelo oprimiéndola hacia ella, grita de placer, es puro descontrol, y de súbito
me llama pidiendo mi miembro en su boca a lo que acudo con prontitud y una
erección de proporciones digna de la ocasión, con un movimiento rápido nuestra
profesional va a la cómoda y trae un consolador doble, como una seda mete un
extremo en mi amiga y el otro en ella, y se deleitan mutuamente con la
explosiva energía de dos diosas libertinas, con tan bellas imágenes hago
erupción dentro de su boca, y ella complacida lo bebe apartándome y acabando junto
a su ocasional amiga. Vuelven a cubrirse de besos y abrazos, siento que llego
el momento de salir a tomar aire, sin que se den cuenta las dejo en el regocijo
de sus pieles desnudas y plenas…
Es la forma más excitante de relatar la satisfacción de un nuevo deseo.....muy bueno!
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